Feliz Dia del Padre

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Por Tony Yapias

Salt Lake City, Utah – Hace unos días visitando mis amigos en Los Angeles, California me recordó aquel día 17 de Mayo, 1981 cuando llegue al aeropuerto internacional como nuevo inmigrante. Tenía 14 años y no estaba totalmente seguro del ¿Por qué? Estaba aquí en USA. Como joven adolecente mi concepto de inmigrar a los Estados Unidos era solo una imaginación. Yo sabía que venía al estado de Wyoming pero jamás lo había imaginado como un lugar de pocos habitantes, aislado y nada de edificios como lo había visto en las películas o como es New York City. ¡Imagínate!

Solo mi padre sabía a donde iba y lo que me esperaba. Mi hermana y yo habíamos vuelto a ver a mi “papa o mi viejo” (con cariño) después de siete años. Tenía siete años cuando mi viejo vino a trabajar como pastor ovejero a este país. Después de terminar su contrato y por muchas otras razones la familia Oxarango de Rupert, Idaho patrocino a mi viejo para que pueda tener su “Green Card” o la residencia permanente.

Después que mi viejo obtuvo su “Green Card” de inmediato pensó en sus hijos reconociendo que aquí en USA teníamos más oportunidades que en mi Perú. En mis conversaciones con mi viejo me conto que cuanto le hubiera gustado terminar sus estudios pero no pudo. Quedo huérfano de madre a los 17 años y como era el mayor de los varones en la familia empezó a trabajar para ayudar a los menores.

Todo esa experiencia que viejo había vivido hizo que la vida de sus hijos sería diferente. Cuando llegamos aquí a USA lo único que pidió de mí y de mis hermanos fue estudiar y llegar a ser profesionales. Durante mis estudios en la secundaria mi hermano James y yo empezamos a jugar futbol y mi papa como buen padre iba con nosotros a todas partes del estado de Wyoming a estar presente en nuestros campeonatos. Más tarde cuando me estaba postulando para Presidente del cuerpo estudiantil de Evanston High School le hice una apuesta. Si ganaba las elecciones el pagaba los pagos de mi carro por el resto del año. Si perdía, bueno tenía que seguir trabajando. Gane la apuesta porque fui electo Presidente de mi secundaria.

Muchos pueden ser “el padre” muy pocos llegan a ser “papa” Hoy estamos viviendo tiempos difíciles y muchos “papas” se sacrifican tanto para que su familia tenga lo suficiente. Son estos papas que muchas veces fueron los primeros que se arriesgaron en venir a este país para buscar un futuro mejor para sus hijos. Ahora como padre busco que mis hijos tengan un mejor futuro que yo. Hoy doy gracias a mi viejo por todo lo que hizo por mí y mis hermanos.

Como padres es importante siempre recordar las razones que nos trajo aquí. Hay mucho que podemos hacer como padres para que nuestros hijos tengan un futuro mejor. Toma el tiempo suficiente para hablarlos, aconséjalos a seguir estudiando, a llegar ser “alguien” en este país. El mejor regalo de un padre es ver sus hijos llegar a ser ese “alguien” ¡Feliz día! a mi querido viejo y a todos los papas.



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